AS SETE MOEDAS DE OURO DA DERRADEIRA MOURA
"El hombre no posee un yo permanente e inmutable. Cada pensamiento o deseo del hombre surge y vive de forma completamente separada e independiente de su Todo. El hombre carece de yo individual. Pero, en lugar de éste, existen cientos y miles de pequeños “yos” independientes, muchas veces completamente desconocidos unos de otros, sin entrar nunca en contacto, o, por el contrario, hostiles unos con otros, mutuamente exclusivos e incompatibles. A cada minuto, a cada momento, el hombre está diciendo o pensando “yo”. Y, cada vez, su yo es diferente. Ahora es un pensamiento, ahora es un deseo, ahora una sensación, después es otro pensamiento, y así sucesivamente, sin parar. El hombre es una pluralidad."
"El hombre es una máquina. Todo lo que hace, todas sus acciones, todas sus palabras, sus pensamientos, sentimientos, convicciones, opiniones y hábitos son el resultado de influencias exteriores, de impresiones exteriores. Por sí mismo un hombre no puede producir un solo pensamiento, una sola acción. Todo lo que dice, hace, piensa, siente, todo esto sucede. El hombre no puede descubrir nada, no puede inventar nada. Todo sucede."
"Fusión y unidad interior se obtienen por «fricción», por la lucha en el hombre entre el «sí» y el «no». Si un hombre vive sin conflicto interior, si todo sucede en él sin que él se oponga, si va siempre con la corriente, por donde sopla el viento, entonces permanecerá tal cual es. Pero si comienza una lidia interior, y en especial si él sigue dentro de esta lucha una línea determinada, entonces gradualmente ciertos rasgos permanentes comienzan a formarse en él; empieza la «cristalización». Pero si la cristalización es posible sobre una base justa, lo es también sobre una base equivocada. Por ejemplo, el temor al pecado, o una fe fanática en una idea cualquiera, puede provocar una lucha terriblemente intensa entre el «si» y el «no», y un hombre puede cristalizar sobre tales bases. Pero la cristalización en este caso se realizará mal, será incompleta. En tal caso un hombre perderá toda posibilidad de desarrollo ulterior. Para que la posibilidad de un desarrollo ulterior le sea ofrecida, él deberá ser previamente «refundido», y esto no puede lograrse sino a través de sufrimientos terribles."
"La energía se gasta sobre todo en emociones inútiles y desagradables, en malos humores, en prisas inútiles, nerviosismo, irritabilidad, imaginación, ensueño y así sucesivamente. La energía se desperdicia en el trabajo equivocado de los centros; en la tensión inútil de los músculos fuera de toda proporción con el trabajo realizado; en la perpetua habladuría que absorbe una enorme cantidad de energía; en el "interés" que dedicamos sin cesar a las cosas que ocurren a nuestro alrededor o a las personas con las cuales no tenemos nada que hacer............"
"Cuánta energía es así gastada en un trabajo profundamente inútil y dañino en todo sentido: actividad de emociones desagradables, preocupaciones, inquietudes, apresuramiento, y toda la secuela de actos automáticos enteramente desprovistos de necesidad alguna. Se pueden dar fácilmente innumerables ejemplos de esta actividad inútil. Ante todo, hay ese flujo incesante de pensamientos que no pueden ser detenidos ni controlados, y que consumen una cantidad enorme de nuestra energía."
"Además, podemos señalar el hábito de hablar sin cesar, de todo y a todo el mundo, y si no hay nadie, de hablarse a sí mismo; el hábito de alimentar quimeras, el ensueño perpetuo, nuestros cambios de humor, los continuos pasajes de un sentimiento a otro, y miles de cosas completamente inútiles que el hombre se cree obligado a sentir, pensar, hacer o decir."
"Una de las razones de la divergencia entre la línea del saber y la línea del ser en nuestra vida, en otras palabras, la falta de comprensión que es en parte la causa y en parte el efecto de esta divergencia, se encuentra en el lenguaje que emplea la gente. Este lenguaje está lleno de conceptos falsos, de clasificaciones falsas y de asociaciones falsas. Lo peor es que las carac- terísticas esenciales del pensar ordinario, su vaguedad y su imprecisión, hacen que cada palabra pueda tener mil significados diferentes según el bagaje de que dispone el que habla y el complejo de asociaciones en juego en el momento mismo. La gente no se da cuenta de cuán subjetivo es su lenguaje, de cuán diferentes son las cosas que dice, aun cuando todos usan las mismas palabras. No ven que cada uno de ellos habla su propia lengua sin comprender nada, o muy vagamente, la de los demás; sin tener la menor idea que el otro les habla siempre en una lengua que les es desconocida."
Ouspensky; Fragmentos de una enseñanza desconocida
Carlos Nunez -
Sí Monikiña, haré lo mismo: mejor tomaré un té de tomate calientito.
ResponderEliminarAhora, aparte de la marmita donde hierven mis ideas, tengo un volcán en vez de estómago.
Esto del "Yo" lo hemos discutido Eduardo y YO(?), y nuestra conclusión, por ahora, es que es tan difícil de comprender y explicar como el misterio de la Santísima Trinidad.
Tratar de explicarnos lo que somos siempre nos llevará a perdernos en laberintos "paroléicos".
Sólo existen algunos momentos lúcidos en los que podemos comprender que nada puede alegrarnos ni darnos tanta confianza en la vida que el regresar a nuestra esencia, regresar a ser niños, a esa divina edad en la que teníamos la conciencia cósmica a flor de piel. "Salve, Reina Sabiduría, que Dios te salve con tu hermana la pura SIMPLICIDAD" (San Francisco de Asís)
Y asís la cosa...
Gracias por tu cariño y por compartirnos tu mundo, mi hermosa sirena, incluyendo el interesante relato que nos haces de la Cova da Moura y tu fantástica ilustración. Me encantó.
Besos tomatosos y coma-tosos... (Por eso de que podemos COMER tomates)
Sí, Asís la cosa.
ResponderEliminarLas palabras enredan, definen, etiquetan, confunden, perturban...
"Inteligencia , dame el nombre exacto de las cosas
Que mis palabras sean la cosa misma"
(J.R. Jiménez)
La palabra perro no muerde.
Que la palabra beso humedezca tu mejilla.
Esta vez no he escrito yo el relato. Ha sido el escarabajo de oro (que me perdonen los entomólogos, seguro que no es un escarabajo).
ResponderEliminarEste insecto tan curioso, que recuerda al de Poe, con su cara calavérica y todo, iba escalando el cartel y parándose en alguna frase significativa. Pudiera parecer que está colocado para la foto. Pero no. Surgió apropiadamente, como el escarabajo de Jung, y de una manera mágica se detenía allí donde una palabra o frase sugerente nos hacía un guiño desde el otro lado.
El lugar, tiene un poderío especial y sólo hay que estar bien atento.