1. Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.
2. Termina siempre lo que comenzaste.
3. Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
4. No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
5. Desarrolla tu generosidad sin testigos.
6. Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.
7. Ordena lo que has desordenado.
8. Aprende a recibir, agradece cada don.
9. Cesa de autodefinirte.
10. No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo.
11. Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
12. No desees ser imitado.
13. Haz planes de trabajo y cúmplelos.
14. No ocupes demasiado espacio.
15. No hagas ruidos ni gestos innecesarios.
16. Si no la tienes, imita la fe.
17. No te dejes impresionar por personalidades fuertes.
18. No te apropies de nada ni de nadie.
19. Reparte equitativamente.
20. No seduzcas.
21. Come y duerme lo estrictamente necesario.
22. No hables de tus problemas personales.
23. No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
24. No establezcas amistades inútiles.
25. No sigas modas.
26. No te vendas.
27. Respeta los contratos que has firmado.
28. Sé puntual.
29. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
30. Habla sólo lo necesario.
31. No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.
32. Nunca amenaces.
33. Realiza tus promesas.
34. En una discusión ponte en el lugar del otro.
35. Admite que alguien te supere.
36. No elimines, sino transforma.
37. Vence tus miedos, cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
38. Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.
39. Vence tus antipatías y acércate a las personas que deseas rechazar.
40. No actúes por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.
41. Transforma tu orgullo en dignidad.
42. Transforma tu cólera en creatividad.
43. Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.
44. Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.
45. Transforma tu odio en caridad.
46. No te alabes ni te insultes.
47. Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.
48. No te quejes.
49. Desarrolla tu imaginación.
50. No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido.
51. Paga los servicios que te dan.
52. No hagas propaganda de tus obras o ideas.
53. No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatía, complicidad.
54. No trates de distinguirte por tu apariencia.
55. Nunca contradigas, sólo calla.
56. No contraigas deudas, adquiere y paga en seguida.
57. Si ofendes a alguien, pídele perdón.
58. Si lo has ofendido públicamente, excúsate en público.
59. Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.
60. No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú quien las enunció.
61. No conserves objetos inútiles.
62. No te adornes con ideas ajenas.
63. No te fotografíes junto a personajes famosos.
64. No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
65. Nunca te definas por lo que posees.
66. Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
67. Acepta que nada es tuyo.
68. Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus cualidades.
69. Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.
70. No mires con disimulo, mira fijamente.
71. No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida invadir toda tu vida.
72. En el lugar en que habites consagra siempre un sitio a lo sagrado.
73. Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos.
74. Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.
75. Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.
76. No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle.
77. Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia.
78. Vive de un dinero ganado por ti mismo.
79. No te jactes de aventuras amorosas.
80. No te vanaglories de tus debilidades.
81. Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.
82. Obtén para repartir.
Jodorowsky, El maestro y las magas (Consejos de Gurdjieff a su hija)
"Luego uno debe aprender a decir la verdad. Esto también le parece extraño; usted no se da cuenta que hay que aprender a decir la verdad. Le parece que bastaría desearlo o decidir hacerlo. Y yo le digo a usted que es relativamente raro que la gente diga una mentira en forma deliberada. En la mayoría de los casos creen que dicen la verdad. Y sin embargo mienten todo el tiempo, tanto cuando quieren mentir como cuando quieren decir la verdad. Mienten continuamente, se mienten a sí mismos y mienten a los demás. Como consecuencia, nadie comprende a los otros ni se comprende a sí mismo. Piénselo, ¿podría haber tantas discordias, tantos malentendidos profundos, y tanto odio hacia el punto de vista o hacia la opinión de otro, si la gente fuera capaz de comprenderse? Pero no pueden comprenderse porque no pueden dejar de mentir. Decir la verdad es la cosa más difícil del mundo; habrá que estudiar mucho y durante largo tiempo, para un día poder decir la verdad. El deseo por sí solo, no basta. Para decir la verdad, hay que llegar a ser capaz de conocer lo que es verdad y lo que es mentira, ante todo en si mismo. Pero esto es lo que nadie quiere saber."
Ouspensky; Fragmentos de una Enseñanza Desconocida
Gurdjieff -
¿Nada más 82? Bueno, está bien. Para empezar, me quedo calladita.
ResponderEliminarImagínate, Monikiñita mía, yo tenía 14 años de edad cuando un "amigo" me dió a leer Gurdjieff, Katherine Mansfield, y "El retorno de los brujos". Puedes preguntarme lo que quieras: NO ME ACUERDO DE NADA. Solamente que, jugando a hacerme la mística, se armó un laberinto en mi cabeza que Dios guarde la hora. Llegué a inventar mi propio castillo,con dragones y todo. Y luego, para salir de él... ¡Madre mía!
ResponderEliminarNo cabe duda que para todo hay una edad y todo tiene su tiempo.
Y bueno, ahora es tiempo de seguir practicando, por lo menos, el primero de los consejos, el cual puede resumirse en "AMARSE". Estoy segura de que una vez que se logre todos los demás se adquirirán por añadidura.
Las fotos son hermosísimas. En la primera está Claudia, verdad?.
Y la flor extraña parece que quiere decirme algo. ¿Puedo llevármela? Si logro escucharla, te lo comparto, vale?
Befsos gurdjieffianos.
Eso mismo dijo mi hija Claudia : ¿sólo 82?.
ResponderEliminarSospecho que lo de "ordena lo que has desordenado" no le hizo mucha gracia porque como buena artista adolescente, su cuarto es una hermosa leonera: libros apilados en equilibrio inestable, instrumentos musicales por el suelo, algún que otro elefante huído de la selva y hasta una simpática jirafa que duerme bajo su cama.Imposible ordenar ese caos.
Por cierto, aún no me has respondido :
¿cómo va esa salsa de tomate?
¿podemos ir a cenar yo misma y mis otros 120 YOS? Tranquila, los tengo bastante domesticados y en casa ajena suelen comportarse bien.
Sí , mi querida mística, amarse. No nos queda otra. Aunque es una tarea ardua para mí: no veas lo difícil que es repartir amor entre todos mis yos. Sobre todo algunos que son odiosos y antipáticos hasta decir basta, pero ahí estamos "tratándolos como un pariente cercano (que lo es)"
ResponderEliminarPues yo llego un poco tarde a Gurdjieff (tú con 14 y yo con !9 recién cumplidos) y llego a través de la última novela que leí, Leonora. Allí habla de la influencia de este autor sobre la obra de ambas. Así que me he puesto a leer : Fragmentos de una Enseñanza Desconocida de Ouspensky. A ver si salgo viva del castillo y no me devora el dragón. Aunque , pensándolo bien, la dragona soy yo (Melusina es mi nombre de guerra) así que que se prepare ese dragonzuelo.
ResponderEliminarSí, es Claudia la nínfula. El lugar es una hermosa cascada cercana a donde vivimos.
Las fotografías se quedan cortas y no reflejan toda la belleza del lugar.
La flor, claro, es tuya como también lo es este besote que te envío por correo urgente.
Ambas son Leonora Carrington y Remedios Varo, claro.
ResponderEliminarAlgunos consejos son muy buenos..pero ¿No seducir????!!!!
ResponderEliminarNo se le puede pedir eso a una mujer!!!!
Qué hermosura ese musgo verde, compite con las rosas más bellas!!!
Besos, Melusina, me gustas en ese rol.
A ver. Entiendo los consejos como monedas halladas en un cofre. Unas son de oro, otras de plata, y otras chatarra pura.
ResponderEliminarEntiendo lo de no seducir en el sentido de no utilizar la seducción como un "arma de destrucción masiva", que ignore al otro, al seducido, de cosificarlo con el único objetivo de engordar nuestro ego.
De hecho, Reyna D´Assia, la hija de Gurdjieff, era una mujer muy sensual y seductora, según nos cuenta Jodorowsky en El maestro y las magas.
Beso melusiano.
"la seducción como un "arma de destrucción masiva"!!!! Eres genial!
ResponderEliminarBesos.
Soy una charlatana de feria, además de una CUATRO (según el eneagrama de Gurdjieff).
ResponderEliminarUna romántica incurable.
Me estoy saltando a la torera los consejos de Gurdjieff : hablo más de lo conveniente, me autodefino. me vanaglorio de mis debilidades, hago ruidos y gestos y teatrillos innecesarios...
en fin, creo que tengo mucho trabajo por delante. Empezaré por ordenar lo desordenado y por no reaccionar ni a las alabanzas ni a las críticas. Creo que esto sí es importante porque nuestro condicionamiento en este sentido es muy grande. Estamos educados en el premio y el castigo. Y eso nos debilita una barbaridad.
¡¡vaya fotazas!!
ResponderEliminarel agua, el musgo...
las del pez muerto...
las de la mujer por el paseo de madera...
pero si tengo que escoger me quedo con el musgo abrazando a las ¿raíces? y las raíces al árbol.
biquiños,
Pois as do golfiño morto están tomadas na túa terra, na praia do Picón, unha das paisaxes costeiras máis impresionantes que eu coñezo.
ResponderEliminarCando baixas polo acantilado e chegas á praia, parece que vai sair Neptuno de entre as rochas co seu séquito de sereas e tritóns.
Grazas. Transmítollo ao fotografo, ou sexa, a meu querido "espeso" que estas vacacións é un home a unha cámara pegado . Eu tamén penso que está facendo moi boas fotos.
Bicos, Aldabra.
Salenas, Magacronopiamelusina y los 120 parientes cercanos que la acompañan.
ResponderEliminarHe terminado la salsa. Es lo más delicioso que he probado en toda mi vida. Sin embargo, aún no sé cómo debe comerse para asimilarla… Hice una extraña revoltura de tomates, ji-tomates, ji-ji-tomates, jajajaja-tomates, ajo-jo-jo-jos, cebollas y una bomba Sadhánica de Tony de Mello. Espero sea de su agrado:
“EL YO NO EXISTE. El “Yo”, el “ego”, la persona” o como quiera que se llame aquello que yo represento, es pura ilusión sin realidad alguna. No que mi cuerpo y alma no existan; sí que existen; pero el “sujeto” que se presume existe dentro o detrás o por encima de ese alma-cuerpo es pura imaginación.
Nosotros no existimos. Yo, como yo, no soy. Estoy tan acostumbrado a verme a mí mismo como a mí mismo que esto me resulta muy fácil para empezar. El primer paso será entender con la mente el sentido exacto de esa proposición, y luego vendrá el paso mucho más importante y mucho más difícil de aceptarlo, asimilarlo, identificarse con esa verdad íntima y llevarla a la vida cotidiana.
¿De qué está hecha Mónica? Claro, habrá que decirlo de manera distinta según cada teoría; según una, estará hecha de tierra, agua, aire y fuego; según otra, estará hecha de moléculas, átomos, electrones o lo que sea; según otra, de mente, alma y cuerpo, o sencillamente de alma y cuerpo. De modo que ahí tenemos nuestra ecuación: alma† cuerpo= Mónica. Pero no es eso lo que nosotros decimos en la práctica. Lo que nosotros decimos y pensamos es alma† cuerpo† Mónica= Mónica. Es decir, metemos también de contrabando la persona de Mónica en la definición de Mónica. Ponemos un “Yo” por encima de su cuerpo y su alma y distinto de ambos, es decir, metemos a Mónica en Mónica y hacemos que Mónica posea y controle a Mónica, con lo cual le creamos un lío de identidad que Mónica no sabe quién es Mónica, si la que controla o la que es dominada, y ya no sale de ahí en toda su vida.
Pensemos por un instante en la frase “Yo he de salvar mi alma”. ¿Quién es ese “yo” que ha de salvar “su” alma? Alguien distinto del alma, ¿no es así? Si no, ¿cómo podría “él” salvarla a “ella”? De modo que hemos puesto un Yo que se encargue del alma. El Yo salvará a su alma. Parece que está claro. Pero ¿quién, si se puede saber, salvará ahora al “Yo”? Es evidente que tenemos que poner a otro Yo que se encargue del primer Yo y, al fin, lo “salvará”. Todo va bien. Pero ¿quién se encargará ahora de este segundo Yo? Nos hemos metido en un lío infinito. Un laberinto sin salida. El salón de los mil espejos. La cueva de las ilusiones. No hay manera de escapar de la trampa si no es eliminar de entrada el primer Yo.
ResponderEliminarPongámoslo ahora de otra manera. La mente se ha inventado el primer Yo. Eso crea un dualismo que separa al Yo del alma. Ese dualismo es lo que se llama la oposición entre mi Yo verdadero y mi Yo sometido a las pasiones, mi Yo redimido y mi Yo pecador, el hombre viejo y el nuevo, la Bestia y el Ángel, el Yo libre y el Yo acomplejado… según la terminología tanto en espiritualidad como en psicología. Pero, una vez que hemos establecido ese dualismo, es decir, esa separación y división, hay que poner a alguien encima de ella para que juzgue, gobierne y controle. Hay que poner otro Yo. Y luego otro y otro, en cadena sin fin. Jerarquía interminable de “yos” dentro del cerebro… La espiral que se pierde en las nubes. No hay manera de escapar al abrazo asfixiante de la espiral si no es cortar por lo sano y evitar ya su primer lazo, es decir, denunciar decididamente el sofisma del primer Yo.
¿Has oído una expresión más disparatada que “el dominio de sí mismo”? Es lo más absurdo. El campeón de ajedrez que se derrota a sí mismo. ¿Tiene eso sentido? ¿Quién ha vencido y quién ha perdido?... Otra frasecita de muestra: “me echo la culpa a mí mismo”. ¿Quién echa la culpa a quién? ¿Es que me han dividido en dos mitades?... O como aquel que dijo “Tengo que echarme una mano a mí mismo”. ¡Dios! ¡Qué difícil! Y, sin embargo, eso es lo que estamos haciendo todo el día como si fuera nuestro objetivo supremo. Dominarse a sí mismo, negarse a sí mismo… ¿no es eso alta traición? Autodeterminación, autodisciplina… ¿quién disciplina a quién, quién niega a quién, quién rige a quién? Eterno tiovivo de vueltas y vueltas que hace imposible todo progreso espiritual mientras no nos apeemos de él.
ResponderEliminarLa experiencia religiosa más profunda en todos los climas y en todas las edades parece estar ligada a esta liberación del Yo a un nivel más elevado de autopercepción, sea cual sea la manera con que éste pueda describirse o dejar de describirse.
El obstáculo definitivo y último para el verdadero amor es el egoísmo, el Yo. Desentiéndete del Yo, y ese día entenderás lo que es el amor.
En resumen: desentiéndete del Yo y serás libre.”
“Ligero de Equipaje. Tony de Mello. Un profeta para nuestro tiempo”
De Carlos G.Vallés S.J.
Fe de ratas, muy creyentes:
Donde dice “Mónica”, debe decir “Kurien”
Y Perdón por extentenderme tanto, pero tu hermosos mar me invita a nadar a mis anchas...
DELICIOSAS TUS REFLEXIONES. TANTO COMO TU SALSA DE TOMATE. PERO HOY TENGO QUE HACER UN PEQUEÑO VIAJE (EXTERIOR NO INTERIOR) Y NECESITO ASIMILAR TODO LO QUE ME CUENTAS CON CALMA Y A LA VUELTA. DENSO LO QUE DICES. NO ES FÁCIL DIGERIRLO DE PRONTO. IGUALITO QUE TU SALSA. NO VAYA A SER QUE ME PRODUZCA ARDOR DE ESTOMAGO.
ResponderEliminarGRACIAS POR NADAR A TUS ANCHAS.
GRACIAS POR VENIR.
GRACIAS POR ESTAR.
UN BESO TOMATOSO.
(POR CIERTO, LO NUESTRO CON EL TOMATE ES PARA HACÉRSELO MIRAR. ¿RECUERDAS CUANDO TOMÁBAMOS TÉ DE TOMATE?
¿y como uno puede deshacerse de algo que NO EXISTE?
ResponderEliminarDe todos modos cuando acabé de convenecerme de que el Yo no existía y desperté, TODAVÍA ESTABA ALLÍ.
Seguiré dándole vueltas a todo esto , aunque me está empezando a dar ardor de estómago, igual que la salsa de tomate, rica, rica , pero indigesta, indigesta.
Contraataco con Gurdjieff:
Uno de los errores más graves del hombre, dijo, que debe serle recordado constantemente, es su ilusión con respecto a su «Yo».
"El hombre tal como lo conocemos, el hombre máquina, el hombre que no puede «hacer», el hombre con quien y a través de quien «todo sucede», no puede tener un «Yo» permanente y único. Su «Yo» cambia tan rápidamente como sus pensamientos, sus sentimientos, sus humores, y comete él un error profundo cuando se considera siempre una sola y misma persona; en realidad, siempre es una persona diferente, nunca es el que era un momento antes.
"El hombre no tiene un «Yo» permanente e inmutable. Cada pensamiento, cada humor, cada deseo, cada sensación dice «Yo». Y rada vez, parece tenerse por seguro que este «yo» pertenece al Todo del hombre, al hombre entero, y que un pensamiento, un deseo, una aversión, son la expresión de este Todo. En efecto, no hay prueba alguna en apoyo de esta afirmación. Cada pensamiento del hombre, cada uno de sus deseos se manifiesta y vive de una manera independiente y separada de su Todo. Y el Todo del hombre no se expresa jamás, por la simple razón de que no existe como tal, salvo físicamente como una cosa, y abstractamente como un concepto. El hombre no tiene un «Yo» individual. En su lugar, hay centenares y millares de pequeños «yoes» separados, que la mayoría de las veces se ignoran, no mantienen ninguna relación, o por el contrario, son hostiles unos a otros, exclusivos e incompatibles. A cada minuto, a cada momento, el hombre dice o piensa «Yo». Y cada vez su «yo» es diferente. Hace un momento era un pensamiento, ahora es un deseo, luego una sensación, después otro pensamiento, y así sucesivamente, sin fin. El hombre es una pluralidad. Su nombre es legión." Ouspensky; Fragmentos de una enseñanza descocida
Besos atomatados
Y yo sin embargo, mirando hacia atrás, siento una unidad latente bajo la diversidad. Hay una sustrato Mónica idéntico a los ocho años, a los 23 , y ahora, a los "15".
ResponderEliminarParole, parole, parole...
Más palabras ...
ResponderEliminarUno se ve como fragmentado y disperso. El proceso de REUNIR consiste en eliminar los yos postizos, en destilar, como en un alambique, la propia esencia expurgada de impurezas.
Creo.
¿cómo?
¿cuándo?
¿dónde?
Creo que tomaré un té de tomate para el ardor de estómago.