A pesar de tus recomendaciones no me hice amarrar al mástil cosa de la que nunca habré de arrepentirme. No imaginas lo maravilloso que es compartir, día a día, la misteriosa y sorprendente cotidianeidad de una sirena.
Antonio Cruz
O home máis alto do mundo , do Circo da Lúa, reconvertido en Ulises.
Debuxo de Mónica Montero.
Madeleine Peyroux -
Me haces reir de verdad con tus ocurrencias: el hombre más alto del mundo "reconvertido" en Ulises!!!! ja, ja!!!!
ResponderEliminarYa lo creo que nunca se arrepentirá de su decisión: puede vivir la vie en rose y en todos los colores del arco iris, de la mano de una mágica sirena!
Me alegra volver al mundo del circo, fundido con el mundo marino y mitológico. Son todos tan cercanos!
Besos otoñales.
Es que en esta vida, fidelísima amiga, hay que reconvertirse, como la materia que no se crea ni se destruye.
ResponderEliminarSe transforma,
se recicla,
se reconvierte...
¡Pobre hombremásaltodelmundo!
Cuando el Circo da Lúa cerró sus puertas por solidaridad con la tragedia en Japón, se quedó sin trabajo, así que ahora me pidió un papelito en mi película y no pude negarme. Creo que lo hace muy bien y como "Ulises sentimental" en este espacio sideral, no hay otro igual.
Besos primaverales y tal y tal.
Realmente fuí un estúpido -pensó Ulises- el canto de las sirenas, si se le puede llamar canto a este ulular, no merece pasar los malos tragos en esas tascas de mala muerte de Scila y Caribdis. Mis marineros fueron más sabios tapándose los oídos,los mios están reventando camino del hospital entre sirenas de la policia y la ambulancia.
ResponderEliminar(Es sorprendente lo que da de si el tema de Ulises).
¡Qué amorosa y atenta la mirada de la sirena alada! No me extraña que Ulises, bajo su influjo, parezca el hombre más alto del mundo.
Un beso
Manuel
No parece, ES, el hombre más alto del mundo.
ResponderEliminarBico sirénido.(por cierto, dice Cunqueiro que los besos de sirena saben a lamprea ¡puagggg!)
Y ya se sabe lo que pasa con las lampreas (puagggg), que devoran suicidas :
ResponderEliminar"de aguas densas el Mendo, de aguas opacas las del Baralla, trans- parentes, ligeras, que se cuentan las guijas relucientes de su le- cho. El Mendo es atractivo y siniestro: invita a mirarse en él como un espejo, y hay que apartarse de prisa, porque en los adentros del que se mira nace en seguida un deseo incoercible de aniquilamiento. El Baralla invita, en cambio, a la aventura, a la evasión, al viaje: no descanso, sino camino ofrece; no tumba, sino vehículo. Los cuatro J. B. de que se guarda memoria, por él marcharon hacia la mar, si bien algunos aseguren que se cayeron al Mendo y fueron devorados de las lampreas."
Torrente Ballester; La saga/fuga de J.B.