Para Bea e Candela , que xunto con miña nai, inspiraron este microconto.
Miña nai foi unha nena da posguerra.
Anos da fame.
Cando era pequena os Reis Magos deixáronlle unha boneca feita cunha pataca.
Foi moita a inquietude que provocou nela aquela difícil decisión:
"¿Cómoa ou xogo con ela?"
Madeleine Peyroux -
¡Madre Santa! Qué disyuntiva más difícil... Con lo tragona que soy, y en tiempos de hambre... pues me la comía!!! Pero también soy muy juguetona... Ah, se me ocurre que me pondría a jugar con ella, y poco a poquito, sin que la muñeca se diera cuenta, le robaba un pedacito y me lo comía, luego seguía jugando... y así... hasta terminármela con todo y... ¡Cáscaras! ¡Qué difícil! Pero qué hermoso cuento y qué hermosa reflexión... Graxiax Moniñiñikiñiñiñikita! Salgo corriendo a hacerme unas papitas fritas...
ResponderEliminarMuy bonita y triste historia...
ResponderEliminarMónica... no puedo soltar los kleenex aquí, eh!
No sé qué haría... hasta que no te ves en las situaciones, no sabes... pero creo que una sola patatita, y tan bonita no me iba a quitar el hambre del cuerpo... en cambio, sí el del alma, si nos quedamos haciéndonos compañía...
Biquiños, guapa!
ay pobre abuela!!!
ResponderEliminarEses ollos tristes piden a gritos que xoguen con ela. Dan ganas de coller a "boneca-pataca", agarimala, consolala e dicirlle que estea tranquila, que nada vai pasar...
ResponderEliminarDe tódolos xeitos, non importa que decisión tomata a túa nai; como dicía Blas de Otero, "me queda la palabra",a palabra que permite que nos fagas partícipes desa fermosa historia.
Grazas
Hola!! yo también pienso que esa carita pide que jueguen con ella!!!! Está divina! es muy linda! felicitaciones
ResponderEliminarbesos, mavi
Hola Alenkiña.Contesto tarde a vuestro comentarios. Ah! que poco tiempo nos deja la vida ordinaria para esta hermosas inutilidades.
ResponderEliminarLo tuyo es una solución salomónica.Sí señor. Creo que eres libra , como yo, y nos cuesta mucho trabajo tomar decisiones.
Gracias por estar siempre aquí.
Joy, no llores. No es para llorar. Es para reflexionar.
ResponderEliminarNO es ficción. Fue real.Mi madre nos lo contó pero no es una historia que le guste relatar, tan amargo debe ser el recuerdo de aquellos años de carencia ... de todo.
He cambiado la foto porque la muñeca patata está acusando el paso del tiempo de una manera vertiginosa. Está aquí, detrás de mí, en el cuarto donde suelo pintar. Sólo tiene dos días y sus cabellos ya están putrefactos.El tiempo no perdona.
Amariña, sí , pobriña !. Qué tempos aqueles !
ResponderEliminarBicos
AnónimA (porque creo que sei quen eres), tes toda a razón "NOS QUEDA LA PALABRA".
ResponderEliminarBicos
Gracias , Mavi.Me encanta que pases por aquí.
ResponderEliminarBesos