Pásame con Cunqueiro algo similar ao que Tadeo describe en relación a Don León (Orestes):
" - Es un hombre - había añadido Tadeo - que sabe escuchar. No te interrumpe, y llega un momento en que la historia que le cuentas la sigue a un tiempo con los oídos y con la vista, que de su magín saca estampas para ella, y entonces vas tú y te animas y floreas la historia con adjetivos de sorpresa."
Así me sucedeu coa historia que Filipo o barqueiro lle conta a Eusebio, só que, curiosamente, isto aconteceu antes de ler a historia. A estampa veu ao maxín antes de tela lido:
" Y si me preguntas por viajeros raros y curiosos, tengo mi lista. Primero de todos, el monstruo de las dos cabezas la una de pelo rubio y la otra de pelo negro, la rubia de mujer y la morena de hombre.
"Cobraban sus padres medio real por mostrarlo en la feria de los Santos Inocentes. La cabeza de mujer tenía castos pensamientos, y pasaba las horas soñando con ángeles que volaban entre flores, y pedía que le pusiesen maestro que le enseñase poesía religiosa, mientras la testa masculina se empecinaba en la cuestión del sexo, y no cesaba de exigir que sus padres gastasen parte de la ganancia en una pechugona que lo aliviase. La cabeza de mujer gritaba que si aparecía la tal, que a ella le diesen veneno, que no podía valerese, lo que era verdad, que las piernas y brazos del monstruo solamente atendían las órdenes de la cabeza del hombre, y además sólo había sexo masculino.
"Me contaron que por consejo de un sabio romano, los padres decidieron separar la cabeza femenina, dejando al lujurioso suelto, que hiciese su vena. Y a la cabeza femenina le pusieron un soporte con cuatro vejigas de cerdo, que habían de estar siempre llenas de aire caliente, y ésta era la dificultas de la vida, pero la ganacia de la cabeza como parlante, en las grandes capitales exhibida, lo compensaba.
Uno de Buenos Aires que pasó hace dos años en mi barca, me dijo que la había visto allá, y los que la explotaban, que eran dos libaneses, andaban forrados de plata."
A. Cunqueiro; Un hombre que se parecía a Orestes.
"O monstro de dúas cabezas", debuxo de Mónica sobre o relato de Cunqueiro. |
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