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(
Enviar a Palacio del Congreso de los Diputados Florida Blanca S/N
28071, Madrid. Expediente 280/002660/0000, bien por correo
certificado con acuse de recibo, bien acercándose a cualquier
registro público, donde lo harán llegar gratuitamente)
A
LA COMISIÓN DE GARANTÍAS CONSTITUCIONALES DEL CONGRESO DE LOS
DIPUTADOS.
………………………………………………………………………………………….,
ciudadana española con DNI .............……. ; cuyos datos
expresamente
solicito
sean reservados y amparados por el párrafo cuarto del artículo 4
de
la Ley 4/2001, de 12 de noviembre, con domicilio a efectos de
notificaciones en la dirección de correo electrónico
....................…@…………………., y en la postal
………………………………….............................................,en
nombre y representación propia.
Ante
el excelentísimo señor Presidente de la Comisión, ante todos sus
miembros , ante el Congreso de los Diputados y todas Sus Señorías,
comparezco, y en virtud de lo establecido en el artículos 3, párrafo
primero, y siguientes de la Ley 4/2001, en el ejercicio del derecho
constitucional - fundamental de petición y en atención a los
antecedentes a los que nos remitimos, FORMULO la siguiente PETICIÓN
que se desarrolla a continuación y que se conoce como Democracia
4.0.
Fundamento
y contenido de la petición :
http://tomatucuota.blogspot.com/p/documento-2-mas-largo-fundamentos.html
De
acuerdo con el art. 73 de la ley 30/92 solicito que se me tengan por
adherido a la petición conocida como Democracia 4.0 y se acumule
este escrito y esta petición al procedimiento que se tramita con el
número de expediente 280/002660/0000 con idéntico contenido.
Fecha
y firma.
..."era un período ideológicamente extraño, en el que todo el mundo en Europa occidental parecía convencido de que el capitalismo estaba condenado, e incluso condenado a corto plazo, de que vivía sus ultimísimos años, sin que por ello los partidos de ultraizquierda consiguieran seducir a alguien más que a su clientela habitual de masoquistas huraños. Un velo de cenizas parecía haber envuelto los ánimos."
Houellebecq; El mapa y el territorio
¡A por ello!
ResponderEliminarUn abrazo
Me parece una acción incontrolada y de consecuencias imprevisibles. El malestar es patente y generalizado lo que justifica sobradamente la protesta callejera, pero estoy de acuerdo con el artículo de hoy de El País :
ResponderEliminar"Frente a los que proponen Ocupar el Congreso, hay otras voces —tan críticas como los que supuestamente se autoproclaman como más radicales— que proponen Rescatar el Congreso “del mercado y de los mercaderes”. El matiz no es solo semántico. Es un enfoque que pretende, para generar más apoyos y mayorías, anclar la acción en las lógicas de la no-violencia, la radicalidad exigente y responsable —que no arrastre a sus participantes a acciones ilegales de alto coste personal y político— y en la gestión lúcida de la fuerza crítica. Mejor un día de participación / manifestación masiva, pacífica y coordinada, que una ocupación dividida, con episodios incontrolables (con infiltraciones de todo tipo) y que sería la coartada legal para la respuesta inevitable por parte de las instituciones."
Otro abrazo, Inma y ojalá que esto haga reflexionar de una veza los políticos. Sólo espero que no se produzcan incidentes lamentables porque ya sabemos que a río revuelto, ganacia de facinerosos (y fascistoides).
"la frustración por la imposición de las políticas de recortes provoca reacciones sociales muy distintas y una de ellas es el renacimiento de ideologías reaccionarias". El eurodiputado de IU, Willy Meyer, va más allá y cree que la actual coyuntura económica "se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de la ideología fascista".Público, hoy
ResponderEliminarCreo que los incontrolados, o los que se aprovechan de este tipo de actos para el vandalismo son un grupo lamentable, pero dificilmente controlable. Lo que no podemos permitir es que se criminalice a la mayoría por la acción de unos pocos, si bien es cierto, que existe el efecto contagio. Sin embargo, hasta ahora la "voz de la calle" no ha sido escuchada; ¿qué hacer para que las cosas cambien?
ResponderEliminarRespecto al comentario anónimo, me gustaría recordarle que esa afirmación tiene un nombre, se llama "política del miedo". Es cierto que las posturas se radicalizan, pero los responsables de esta reacción deberían ser un poco mas consecuentes con sus acciones; deberían saber que las decisiones tienen consecuencias; quizá deberían haber tenido menos miedo a enfrentarse a los grupos de presión y a los intereses económicos y haberse preocupado de mirar hacia el futuro con honradez e intentando defender los intereses de los ciudadanos.
Ahora como contrapartida la única propuesta posible es: "paga y calla", se responsable, mira que te puedes radicalizar, controla a los vándalos porque sus actos son fruto de tu irresponsabilidad...
Lo que aquellos que nos representan no han sido capaces de hacer, lo exigen ahora a la población y claro, si eres coherente....
Aquí los únicos incontrolados fueron los policías, con uniforme, o infiltrados y disfrazados de antisistema. "No me pegues, coño, que soy compañero!
ResponderEliminarVERGÜENZA!
Gracias Inma por tu opinión, tan razonada y razonable.
Pues ya que estamos te dejo una frase de Carrillo, que también tiene su miga: "El capitalismo puede llegar a destruir la especie humana".
ResponderEliminarLa pusieron en una fotografía suya de gran tamaño en la capilla ardiente.
No se si realmente es suya, no la menciono teniendo en cuenta ningún interés político (te lo garantizo); sin embargo siempre he pensado que el capitalismo era un sistema con una refinada perversidad; se retroalimenta, a la vez que alimenta tus sueños y luego los hunde y se cobra los intereses.
Es curioso, hablo del capitalismo como si fuera un ente alienígena, y no una creación humana.
Otra vez de acuerdo, Inma.
ResponderEliminarDice hoy J.L. García Montero en Público :
"Porque hay una diferencia entre mis hijos y yo, entre mi manera de correr ante la policía y la indignación de los jóvenes actuales. Yo protestaba a favor de la política, de la democracia, de la necesidad de intervenir en la realidad a través de unas instituciones legítimas. Mis hijos están siendo invitados a protestar dentro de una marea que extiende el descrédito de la política y de sus instituciones. Ese es el gran logro que ha conseguido el pensamiento reaccionario. Con el grito de todos son iguales y con el desprecio al parlamento, sale perjudicada la confianza en nosotros mismos, en la política, en la posibilidad de transformar las cosas. Los grandes banqueros, los especuladores, los verdaderos canallas, han desviado la atención. Ellos son los responsables de lo que está pasando porque su condición es inseparable de nuestra desgracia. No caigamos en la trampa. Los diputados no son culpables por ser diputados, sino por someterse a las cúpulas de unos partidos mayoritarios que han humillado nuestra vida, nuestra democracia, nuestras escuelas, nuestros sueldos y nuestra sanidad, a los intereses de los mercados financieros."