Poema para Emily Dickinson
Del otro lado de la noche
la espera su nombre,
su subrepticio anhelo de vivir,
¡del otro lado de la noche!
Algo llora en el aire
los sonidos diseñan el alba.
Ella piensa en la eternidad.
La última inocencia (1956), Alejandra Pizarnik.
Soy nadie. ¿Tú quién eres?
¿Eres tú también nadie?
Ya somos dos entonces. No lo digas:
lo contarían, sabes.
Qué tristeza ser alguien,
qué público: como una rana
decir el propio nombre junio entero
para una charca admiradora.
Versión de L.S.
(I work in my prison, and make guests for myself)
No es necesario ser una habitación
para estar embrujada,
no es necesario ser una casa.
El cerebro tiene pasillos más grandes
que los pasillos reales.
Es mucho más seguro encontrarse a medianoche
con un fantasma exterior
que toparse con ese gélido huésped,
el fantasma interior.
Más seguro correr por una abadía
perseguida por las sepulturas
que, sin luna, encontrarse a una misma
en un lugar solitario.
Nosotros tras nosotros mismos escondidos,
lo que nos produce más horror.
Sería menos terrible
un asesino en nuestra habitación.
El prudente coge un revólver
y empuja la puerta,
sin percatarse de un espectro superior
que está más cerca.
Emily Dickinson
"El viento comenzó a mecer la hierba"
Tell all the truth but tell it slant-
Success in Circuit lies
Too bright for our infirm Delight
The Truth's superb surprise
As Lighting to the Children eased
With explanation kind
The Truth must dazzle gradually
Or every man be blind
Di toda laVerdad pero dila sesgada -
El Éxito se halla en los Rodeos
Demasiado brillante para nuestro enfermizo Deleite
La sublime sorpresa de la Verdad
Como el Relámpago les es suavizado a los Niños
Con una amable explicación
La Verdad debe deslumbrar gradualmente
O todos quedaríamos ciegos -
CADA VIDA CONVERGIENDO VA HACIA ALGUN CENTRO
Cada vida convergiendo va hacia algún centro
dicho o quedo;
en cada naturaleza humana se perfila
cierta meta,
nunca voceada y casi apenas confesada,
quizá muy bella
para que las sospechas de la credibilidad
la desbaraten.
Adorada con pudor, cual frágil paraíso,
tan imposible
de conquistar como una cintilla del arco iris
llegar a rozar,
aunque acechada y afianzada en su lejanía;
¡cuán elevado
sobre la pausada diligencia de los santos
reposa el cielo!
Por la corta suerte de una vida inalcanzada,
quizá, mas luego
la eternidad a esa misma voluntad la deja
correr de nuevo.
Altivez
Sólo sabemos toda nuestra altura
si alguien le dice a nuestro sér: ¡Levanta!
Y entonces, fiel consigo, se agiganta
hasta llegar al cielo su estatura.
De la vida común sería ley
el heroísmo en el humano ruedo
si no nos doblegáramos al miedo
de vernos y sentirnos como un rey.
Versión de
Carlos López Narváez
Ola. Xa puden ver as imaxes. Parabéns pola seleción de textos e imaxes da poetisa relembrada no novo poemario de Ramón, que segue "On the road". Bicos. Ju
ResponderEliminarGrazas, estimado Ju.
ResponderEliminarOn the road, si, como todos e todas. Co "parabrisas" as veces empañado. É tan longa a viaxe e hai tanta humanidade a bordo...
Pero sempre podemos abrir as ventanas para que entre o aire xélido nocturno e ver con claridade na noite escura (da alma).
Unha aperta agarimosa.
Outra para Alma (valga la redundeixon)
Delicioso encontro o doutro día, por certo.O noso catro latas segue on the road co parabrisas intacto.
ResponderEliminarOu case (intacto, digo).
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