LALUNAQUESEMECETERNAMENTE. Fotografías de Manuel L.
Debuxos de Claudia.
Obras e delirios de Mónica.
Fotografías e debuxos orixinais polo tanto
NON SE PODEN UTILiZAR SEN CONSENTEMENTO DOS AUTORES.
"A imaxe é o vehículo da emoción, é a súa enerxía, e con ela facilítase o acceso á consciencia, é dicir, que toda emoción é factible de transformarse nunha imaxe. Toda imaxe conforma un acto creativo e é por iso que o inconsciente fundamenta a creatividade" C.G.Jung
“Desde el punto de vista espiritual, el viaje no es nunca la mera traslación en el espacio, sino la tensión de búsqueda y de cambio que determina el movimiento y la experiencia que se deriva del mismo”. “En consecuencia estudiar, investigar, buscar, vivir intensamente lo nuevo y profundo, son modalidades de viajar o, si se quiere, equivalentes espirituales y simbólicos del viaje”. J.E. Cirlot
El hombre imaginario vive en una mansión imaginaria rodeada de árboles imaginarios a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios penden antiguos cuadros imaginarios irreparables grietas imaginarias que representan hechos imaginarios ocurridos en mundos imaginarios en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes imaginarias sube las escaleras imaginarias y se asoma al balcón imaginario a mirar el paisaje imaginario que consiste en un valle imaginario circundado de cerros imaginarios. Sombras imaginarias vienen por el camino imaginario entonando canciones imaginarias a la muerte del sol imaginario.
Y en las noches de luna imaginaria sueña con la mujer imaginaria que le brindó su amor imaginario vuelve a sentir ese mismo dolor ese mismo placer imaginario y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario.
Nicanor Parra
Que Dios nos libre de los comerciantes...
Que Dios nos libre de los comerciantes sólo buscan el lucro personal
que nos libre de Romeo y Julieta sólo buscan la dicha personal
líbrenos de poetas y prosistas que sólo buscan fama personal
líbrenos de los Héroes de Iquique líbrenos de los Padres de la Patria no queremos estatuas personales
si todavía tiene poder el Señor que nos libre de todos esos demonios y que también nos libre de nosotros mismos en cada uno de nosotros hay una alimaña que nos chupa la médula un comerciante ávido de lucro un Romeo demente que sólo sueña con poseer a Julieta un héroe teatral en convivencia con su propia estatua
Dios nos libre de todos estos demonios
si todavía sigue siendo Dios.
Pinturas de Vicente Bonachea
Epitafio
De estatura mediana, Con una voz ni delgada ni gruesa Hijo mayor de un profesor primario Y de una modista de trastienda; Flaco de nacimiento Aunque devoto de la buena mesa; De mejillas escuálidas Y de más bien abundantes orejas; Con un rostro cuadrado En que los ojos se abren apenas Y una nariz de boxeador mulato Baja a la boca del ídolo azteca -Todo esto bañado Por una luz entre irónica y pérfida- Ni muy listo detonto de remate Fui lo que fui: una mezcla De vinagre y aceite de comer ¡Un embutido de ángel y bestia!
Quédate con tu Borges
él te ofrece el recuerdo de una flor amarilla vista al anochecer años antes que tú nacieras interesante puchas que interesante en cambio yo no te prometo nada ni dinero ni sexo ni poesía un yogur es lo + que podría ofrecerte
Collage de Mónica (e de Sara que, sen saber para que diaños quería eu a foto desas 27 mulleres, decidiu poñerlle gafas e peinados varios a cada unha delas, titulando a súa intervención "27 peinados de época". E aí está a súa sabia man)
"Sabía que debía estarlle agradecida á señora Guinea, só que non podía sentir nada. Se a señora Guinea me tivese dado unha pasaxe a Europa, ou unha viaxe arredor do mundo, non tería habido a menor diferenza para min, porque onde queira que estivese sentada -na cuberta dun barco ou na terraza dun café de París ou Bangkok-estaría sentada baixo a mesma campá de cristal, axitándome no meu propio aire viciado" (p.206).
"Acomodeime no asento de felpa gris e pechei os ollos. O aire da campá de cristal acolchábase ao meu arredor e eu non podía movelo (p.207).
Logo do electroshock que lle practican baixo prescrición da doutora Nolan di: "Toda a calor e o medo desapareceran. Sentíame sorprendentemente en paz. A campá de cristal pendía suspendida, a uns cantos pés por enriba da miña cabeza. Eu estaba aberta ao aire que circulaba" (239)
"Para a persoa encerrada na campá de cristal, baleira e detida como un bebé morto, o mundo mesmo é o pesadelo" (264)
" Como podería saber eu se algún día na universidade, en Europa, nalgún lugar, en calquera lugar, a campá de cristal coas súas asfixiantes distorsións non volvería descender? " (p.268)
ALEJANDRA PIZARNIK E A GAIOLA
Fóra hai sol. Non é máis que un sol pero os homes mírano e despois cantan.
Eu non sei do sol. Eu sei a melodía do anxo e o sermón quente do último vento. Sei berrar ata a alba cando a morte se pousa nua na miña sombra.
Eu choro debaixo do meu nome. Eu axito panos na noite e barcos sedentos de realidade bailan comigo. Eu oculto cravos para escarnecer aos meus sonos enfermos.
Fóra hai sol. Eu vístome de cinzas. (Alejandra Pizarnik, de Las aventuras perdidas, 1958)
Esta lúgubre manía de vivir esta recóndita humorada de vivir arrástrache alejandra non o negues.
Ilustración de Mónica
SYLVIAPLATH; O ESPELLO
Son de prata e exacto. Non teño prexuízos. Todo o que vexo o trago de inmediato tal e como é, sen a turbiedade do amor ou da antipatía. Non son cruel, só veraz- o ollo dun pequeno deus con catro esquinas-. A maior parte do tempo medito sobre a parede de en fronte. É rosada. Con manchas. Mireina tanto que creo que forma parte do meu corazón. Pero móvese. Caras e escuridade sepárannos unha e outra vez.
Agora son un lago. Unha muller asómase sobre min, buscando na miña extensión o que ela é en realidade. Logo vólvese cara a esas embusteiras, as velas ou a lúa. Vexo as súas costas e reflíctoa con fidelidade. Recompénsame con bágoas e xesticula coas mans. Son importante para ela. Vén e vai. Cada mañá é a súa cara o que sucede á escuridade. En min afogou unha rapaza, e dende min unha muller maior elévase cara a ela día tras día, como un peixe terrible.
Pizarnik
"O poema que non digo O que non merezo. Medo de ser dous camiño do espello alguén en min durmido cómeme e bébeme".
Carta de Julio Cortázar a Alejandra Pizarnik París, 9 de septiembre de 1971
Mi
querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre
tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales,
aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de
auto que estuvo a punto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de
todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no
te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date
cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la
confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la
muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es
también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos.
Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara
de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los
que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el
antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos,
hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio
imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino
enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César
Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste,
pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te
quiero Alejandra.
Escribíme,
coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o
verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada
chicotazo.
***
Carta de Julio Cortázar a Alejandra Pizarnik:
Alejandrísima:
No estés enojada conmigo por este largo silencio. También los silencios atan y yo he visto más de cuatro paquetes de masitas atados con hilo negro; basta desmoronar el moñito para que aparezcan los merengues, los relámpagos y las religiosas, sin contar los horribles (3 fr. 25 les 100 gr.). Cosas así todos los días.
Bicho lejano, la semana pasada fuimos a Montmachoux a cenar con Laure y Philippe, y todo el mundo habló tanto de vos que yo traje otra silla y la puse por las dudas. Gracias a mi sistema de espionaje me he enterado también de que las socias del Club de las Piantadas1 se reúnen en los cafés para acordarse de su amiguita de la calle Montesdeoka. Tu popularidad secreta (sic.) puebla las terrazas del barrio latino. Hay un pintor que firma Piza; otro, Arnik. Hay un cocktail que se llama Alexandra. Un infame plagiario llamado Hesiodo ha publicado un libro que se titula “Los trabajos y los días”. En el patio de casa, debajo de la pawlownia, juega una gatita negra que imita tu manera de abrir grandes los ojos. Ya ves que no te pudiste ir.
Y entonces, mientras nosotros estábamos en nuestro ranchito de Saignon (que todo el mundo llama Saigón para ofendernos y vilipendiarnos), llegó a París tu libro,2 y lo encontramos hace diez días cuando tuvimos que volver para trabajar en la Ionesco. Aurora lo leyó de un tirón, y no te escribió todavía; yo lo leí anoche despacito, con coñac y una pipa, y ahora te escribo. Vos sabrás valorar los méritos respectivos de estas conductas.
Es muy difícil no ser idiota en una carta, cuando uno es lo que es y nada más. Hace años que me revienta convertir una carta en una especie de reseña para uso privado del autor. A lo mejor todo lo que me da tu libro es preferible insinuarlo con palabras sueltas o con dibujos. Dibujos no sé hacer; palabras sueltas sí:
Cafard
mandrágora
farol
unicornio
polilla
hueco (tan lleno, tan lleno)
Me dolió tu libro, es tan tuyo, sos tan vos en cada línea, tan reticentemente clara, tan por debajo y por adentro. ¿Conocés el sistema que consiste en hojear un libro e ir citando versos o pasajes, con algún comentario o elogio o censura? A mí no me gusta. Pero te voy a decir: lo que siento es lo mismo que frente a algunos (muy pocos) cuadros o dibujos surrealistas: que estoy del otro lado por un segundo, que me han hecho pasar, que soy vos, que estoy colgando de la punta de la tela como una de esas arañas rojas que hay en la Provenza y que tienen, parece, alianza con lo Oscuro. Ahora sé (ya lo sabía, pero ahora lo sé de alguien que está vivo, cuya mejilla he besado alguna vez) que todo o casi todo puede ser dicho en muy pocas palabras. Cada poema tuyo es el cubo de una inmensa rueda. Otros hacen la rueda entera, y hay que ver cómo se atasca en las cunetas; vos dejás que la rueda sea otra cosa, algo que unos pocos ven dibujarse mucho más allá de la página. Y entonces Ben Hur gana con sus ruedas de aire que dejan atrás todas las ruedas de roble y bronce. Tus poemas me parecen pequeñísimos grabados, o mejor todavía cilindros babilónicos, y un día cuando vengas a ocupar esa silla que puse para vos y que siempre pondré en casa y en todas las casas y hasta en los ómnibus y en los pararrayos, entonces te llevaré al Louvre para mostrarte un cilindro que descubrí hace poco, en la sala etrusca, y que no es en absoluto un cilindro etrusco entre otras razones porque los etruscos nunca tuvieron cilindros esos atrasados de mierda, pero el conservador o el radical del Louvre lo ha puesto en la sala de los etruscos de puro cronopio que es, o porque no queda lugar entre los cilindros babilónicos. Y te lo mostraré, y darás grandes saltos.
Recibí hace varias calendas una carta tuya que después se me perdió gracias a un hespléndido hacto fayido, porque me pedías colaboración para no sé qué colección ornitológica o ictiológica (¿Cormorán y Delfín? ¿Tía Vicente?).3 Desde luego no tengo nada para mandar, como no sea la cuenta del albañil que nos agregó una pieza a la casita de Saigón y que nos dejó tecleando por varios meses, el muy artesano. Si me pagan esa cuenta, se las dejo publicar; tiene unas faltas de ortografía muy decorativas, y en cierto modo es un acto letrista. La mejor parte es donde dice: Sf. S.V.P., à raison de… 45, 67 fr., à valoirsur ch.p., soustrait de 54,25 fr. pour des imp. colmatés… 456,27 fr.
Hacía mucho que no leía un poema tan ceñido. Ni tan caro.
Qué bonita la edición de tu libro. La tapa me dejó maravillado. ¿La hiciste vos misma? No es nada frecuente que en Buenos Aires salgan libros tan cuidados y con un papel y unas tintas tan buenos. El azul es hermosísimo, y la erótica viñeta (ya sé, ya sé, pero es así, cada uno ve lo que puede) me parece perfecta. Te discuto un poco el título; no me acaba de gustar. Será quizá porque toda mención del trabajo me estremece.
Pocos serán los elegidos por tu libro, me temo. Pocos habrán vivido en la dimensión que permite encontrar tanto con tan poco —aparentemente— correlato verbal. No es que yo tenga nada contra los poemas largos (los Olga, por ejemplo, son maravillosos, y tengo que escribirle sin falta uno de estos meses; lo haré desde Saigón, decíselo si la ves; tardé mucho en leer su libro, por esas cosas, pero ahora sí, ahora es mío y me ha dado todo lo que tiene, creo, y me ha hecho muy feliz, a mi manera de ser feliz, y a la manera de ella, of course; nos entendemos). Sigo: no es que yo tenga nada contra los poemas largos, pero siempre hay como un milagro en un gran poema breve. (Esos hai-kai, a veces, o Natalia Crane, o Char, a veces, o Juarroz).
Aurora está grillando un bifacho, y llega el bálsamo hasta mi hestudio. ¿No te parece una noticia sensacional? La gatita negra acaba de ver una paloma en la pawlownia y se ha trepado como una loca a ver si la chapa. Debo admitir que en este momento no se te parece nada. Yo puedo verte muy bien persiguiendo palomas pero seguro que pondrías una buena escalera contra el tronco y te ajustarías un paracaídas. La paloma emprendió el vuelo, como dicen ahora por tus pagos.
No me guardes rencor (¿cómo podrías? ¡Imposible!) y escribíme. Mi silencio, diría Binetti, es una operación cósmica por la cual las begonias se convierten en miel. Pero ahora que lo pienso nunca vi una abaja en una begonia, seguro que les repugna.
Te quiero mucho,
Julio
Julio
y Alejandra mantuvieron una estrecha relación entre 1960 y 1964. Fue en
París. Les unía la pasión por Rimbaud y los malditos, los desgarros
guturales de la voz de Janis Joplin, Cesar Vallejo, la literatura.
Cortázar nunca ocultó su admiración por la poesía de esa menuda y
tartamuda muchacha de origen judío que acabó con su vida de manera tan
trágica. Fue su conciencia, su ángel protector y su demonio sagrado...
…Hay dos poetas latinoamericanos que me hacen sentir lo que estoy tratando de decirle: Octavio Paz y usted. Otros a quienes amo —Pizarnik, Juárroz— tocan otros registros en mi sensibilidad; y qué maravilla que eso sea siempre poesía, como un agua que a veces viene desde la nube y otras veces desde el manantial…
Carta a Graciela de Sola. Saignon, 10 de agosto de 1968.
Aquí Alejandra
Bicho aquí, aquí contra esto, pegada a las palabras pegada te reclamo.
Ya es la noche, vení, no hay nadie en casa
salvo que ya están todas como vos, como ves, intercesoras,
llueve en la rue de l’Eperon y Janis Joplin.
Alejandra, mi bicho, vení a estas líneas, a este papel de arroz dale abad a la zorra, a este fieltro que juega con tu pelo (Amabas, esas cosas nimias aboli bibelot d’inanité sonore
Venga, las gomas y los sobres Venga, una papelería de juguete Venga, el estuche de lápices Venga, los cuadernos rayados)
Vení, quedate. tomá este trago, llueve, te mojarás en la rue Dauphine, no hay nadie en los cafés repletos, no te miento, no hay nadie.
Ya sé, es difícil, es tan difícil encontrarse
es tanteste vaso es difícil, es tanteste fósforo,
y no te gusta verme en lo que es mío, en mi ropa en mis libros y no te gusta esta predilección por Gerry Mulligan,
quisieras insultarme sin que duela decir cómo estás vivo, cómo se puede estar cuando no hay nada más que la niebla de los cigarrillos, como vivís, de qué manera abrís los ojos cada día
abris loNo puede ser, decís, no puede ser.
Bicho, de acuerdo, vaya si sé pero es así, Alejandra, acurrucate aquí, bebé conmigo, mirá, las he llamado, vendrán seguro las intercesoras, el party para vos, la fiesta entera,
el partyErszebet, el partyKaren Blixen
ya van cayendo, saben que es nuestra noche, con el pelo mojado suben los cuatro pisos, y las viejas de los departamentos las espían
burbujLeonora Carrington, mirala, burbujUnica Zorn con un murciélago burbujClarice Lispector, agua viva,
burbujas deslizándose desnudas frotándose a la luz, Remedios Varo con un reloj de arena donde se agita un láser y la chica uruguaya que fue buena con vos sin que jamás supieras su verdadero nombre,
qué rejunta, qué húmedo ajedrez, qué maison close de telarañas, de Thelonius que largaonhermosa puede ser la noche con vos y Joni Mitchell con vos y Hélène Martin con vo,con las intercesoras
animulaon las iel tabaco vagulaon las Anaïs Nin blandulaon las vodka tónic
No te vayas, ausente, no te vayas, jugaremos, verás, ya están llegando con Ezra Pound y marihuana con los sobres de sopa y un pescado que sobrenadará olvidado, eso es seguro, en un palangana con esponjas entre supositorios y jamás contestados etelegramas.
Olga es un árbol de humo, cómo fuma esa morocha herida de petreles, ¿Ves by Natalia Ginzburg, que desteje ¿Ves bel ramo de gladiolos que no trajo.
¿Ves bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch, Max Roach, Silvina Ocampo, alguien en la cocina hace café
Tus ganas de ladrar
en vez de cantar dulce y a morirse luego no: a ladrar.
así como duerme la gitana de Rousseau así cantás, más las lecciones de terror.
hay que llorar hasta romperse para crear o decir una pequeña canción, gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia eso hiciste vos, eso yo. me pregunto si eso no aumentó el error.
hiciste bien en morir. por eso te hablo, por eso me confío a una niña monstruo
El
perro del invierno dentellea mi sonrisa. Fue en el puente. Yo estaba
desnuda y llevaba un sombrero con flores y arrastraba mi cadáver también
desnudo y con un sombrero de hojas secas. He tenido muchos amores -dije- pero el más hermoso fue mi amor por los espejos.
LA JAULA
Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.
Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.
Egberto Gismonti - Mais que a paixao (Egberto Gismonti)
Para Ela I El, os meus amigos queridos
"O corazón do home é como un paxaro engaiolado. Cando bailas, o teu corazón canta... e elévase aos ceos." Monsieur Ibrahim.
O SEÑOR IBRAHIM E AS FLORES DO CORÁN.
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo