LALUNAQUESEMECETERNAMENTE. Fotografías de Manuel L.
Debuxos de Claudia.
Obras e delirios de Mónica.
Fotografías e debuxos orixinais polo tanto
NON SE PODEN UTILiZAR SEN CONSENTEMENTO DOS AUTORES.
¡A mi me suenan de lago! ¿De qué será?...¡Que será, será, lo que me gusta a mi......¡Me gusta lo que haces tú Clau....y ya lo sabías. Hasta pronto bonita. Quiero seguir viendo cositas...porfa.Un besote
Hicimos andar la nave muy rápidamente. y, al hallarnos tan cerca de la orilla que allá pudieran llegar nuestras voces, no se les encubrió a las sirenas que la ligera embarcación navegaba a poca distancia y empezaron un sonoro canto:
184
—¡Ea, célebre Odiseo, gloria insigne de los aqueos! Acércate y detén la nave para que oigas nuestra voz. Nadie ha pasado en su negro bajel sin que oyera la suave voz que fluye de nuestra boca; sino que se van todos después de recrearse con ella, sabiendo más que antes; pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya argivos y teucros, por la voluntad de los dioses, y conocemos también todo cuanto ocurre en la fértil tierra.
192
Esto dijeron con su hermosa voz. Sintióse mi corazón con ganas de oírlas, y moví las cejas, mandando a los compañeros que me desatasen; pero todos se inclinaron y se pusieron a remar. Y, levantándose al punto Perimedes y Euríloco, atáronme con nuevos lazos, que me sujetaban más reciamente. Cuando dejamos atrás las sirenas y ni su voz ni su canto se oían ya, quitáronse mis fieles compañeros la cera con que había yo tapado sus oídos y me soltaron las ligaduras.
estas me encantan mucho también!
ResponderEliminarGracias, corazón.Qué gusto que haya alguien ahí. ¿Tú estás siempre, verdad?
ResponderEliminarA mí tambien me encantan!!!
ResponderEliminarOle as galeguiñas!
Bicos
¡A mi me suenan de lago! ¿De qué será?...¡Que será, será, lo que me gusta a mi......¡Me gusta lo que haces tú Clau....y ya lo sabías. Hasta pronto bonita. Quiero seguir viendo cositas...porfa.Un besote
ResponderEliminarLa Odisea (canto XII)
ResponderEliminarULISES Y LAS SIRENAS
Hicimos andar la nave muy rápidamente. y, al hallarnos tan cerca de la orilla que allá pudieran llegar nuestras voces, no se les encubrió a las sirenas que la ligera embarcación navegaba a poca distancia y empezaron un sonoro canto:
184
—¡Ea, célebre Odiseo, gloria insigne de los aqueos! Acércate y detén la nave para que oigas nuestra voz. Nadie ha pasado en su negro bajel sin que oyera la suave voz que fluye de nuestra boca; sino que se van todos después de recrearse con ella, sabiendo más que antes; pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya argivos y teucros, por la voluntad de los dioses, y conocemos también todo cuanto ocurre en la fértil tierra.
192
Esto dijeron con su hermosa voz. Sintióse mi corazón con ganas de oírlas, y moví las cejas, mandando a los compañeros que me desatasen; pero todos se inclinaron y se pusieron a remar. Y, levantándose al punto Perimedes y Euríloco, atáronme con nuevos lazos, que me sujetaban más reciamente. Cuando dejamos atrás las sirenas y ni su voz ni su canto se oían ya, quitáronse mis fieles compañeros la cera con que había yo tapado sus oídos y me soltaron las ligaduras.